martes, 28 de agosto de 2012

La Iglesia Menonita abordo su experiencia de mediación en su jornada semanal de reflexión por la paz de los miercoles


Desde hace casi 10 años, la Iglesia Menonita de Teusaquillo ha establecido cada miércoles una jornada de reflexión por la paz, que dura de 12: 30 a 2:00 p.m. Durante la misma, hay espacio para la oración con la que inicia la sesión, luego viene la charla programada para el día, y finaliza con un almuerzo comunitario. En este mes de agosto, en dos de estas jornadas, compartimos algunas reflexiones sobre el libro: Intervenir antes que anochezca. Mediaciones, intermediaciones y diplomacias noviolentas de base social en el conflicto armado colombiano (1), publicado el 23 de mayo de este año, en el que la Iglesia Menonita es una de las experiencias protagonistas. 

La Iglesia Menonita tiene una historia de 500 años. Ella partió de las enseñanzas de Jesucristo, especialmente su Sermón del Monte, que en la historia reciente nutrió la propuesta política de Gandhi y de Martin Luther King; y recogió del legado del Movimiento Anabautista, en el que encontró su origen en el siglo XVI (2). En ese momento, Menno Simons, su fundador, unificó y fortaleció el movimiento Anabautista, en torno del compromiso con la práctica del Sermón del Monte, la independencia de la Iglesia del Estado y el Bautizo conciente (3). Esta opción llevada a la práctica les generó persecución y en algunos casos martirio, en momentos de la historia en los que se expresó con intensidad la intolerancia religiosa.

Esta Iglesia hizo presencia en Colombia en 1942, y desde entonces se ha caracterizado por su postura noviolenta y su labor de construcción de paz, reflejadas en su objeción a todas las violencias y ejércitos, su trabajo en torno de la resolución pacífica de conflictos y su práctica de mediación en el conflicto armado de este país (4).

La Iglesia Menonita se reconoce como tercero en el conflicto en referencia y su intervención en el mismo como mediación. No se trata de la mediación formal en un proceso de negociación cara a cara de la que nos hablan las teorías tradicionales sobre este mecanismo de resolución de conflictos. Esta Iglesia concibe y aplica la mediación como una intervención para tender puentes entre actores relevantes de la construcción de la paz: el Estado, los actores armados, las víctimas, la sociedad civil, la cooperación internacional y las Iglesias (5). A su vez, plantean la necesidad de una mediación social que rescate el poder ciudadano y fortalezca a la sociedad civil, para plantear con mayores alcances, al gobierno y a los actores en conflicto, la resolución noviolenta de este conflicto y la realización de negociaciones de paz (6). Se media para facilitar el entendimiento y la comunicación. También para interceder por los que sufren, las víctimas de esta modalidad de violencia, y por Pastores y miembros de la comunidades de fé, amenazados o en riesgo por el accionar de los actores armados.

La experiencia de mediación de la Iglesia Menonita encuentra su origen en su condición de comunidad de Fe en Cristo Jesús, las enseñanzas de Jesús, especialmente su legado de noviolencia y su llamado a la reconciliación (7). A su vez, se destaca que es una mediación con procedimiento: debe ser producto de esfuerzos colectivos, contar con la orientación y el acompañamiento de un grupo de referencia, se media no a título personal sino en nombre de la comunidad de fé, y quienes median deben tener una vocación integral por la noviolencia en los distintos ámbitos de su vida, entender que su quehacer es un llamado de Dios, haber tenido experiencia de relación con las víctimas, ser amadores de la vida, y tener capacidad para ver en los actores armados a seres humanos con dignidad, no deben buscar protagonismo y deben rescatar la humanidad tanto de las víctimas como de los victimarios, entre otras (8).

Se agrega a lo anterior, que es a su vez una mediación multinivel, dado que se realiza en el ámbito regional, nacional e internacional; y diversa porque se realiza en modalidades formales, es decir, dentro de canales institucionales para la paz, como los Consejos nacionales y locales de Paz, e informales o humanitarias, en desarrollo de su condicion de cristianos y bajo la convicción de que la paz es asunto de todos, y que no requiere por esas razones autorizaciones especiales (9). También, que busca la articulación de los distintos sectores de la sociedad civil y de las Iglesias en torno de la reconciliación, y que invita a superar la ruptura entre lo nacional y lo regional, por que este último escenario  alberga claves importantes de la construcción de la paz (10).


Notas:
1. Hernandez Delgado E., (2012), Intervenir antes que anochezca. Mediaciones, intermediaciones y diplomacias noviolentas de base social en el conflicto armado colombiano, Colombia, Litografia la Bastilla. Capítulo 10, pp. 411 - 451.
2. Ibíd.
3. Ibíd.
4. Ibíd.
5. Ibíd.
6. Ibíd.
7. Ibíd.
8. Ibíd.
9. Ibíd.
10. Ibíd.
Las fotos recogen la sesión de reflexión por la paz de los miercoles en los que reflexionamos acerca de su experiencia de mediación, recogida en el libro citado.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenas noches, gracias por su postura frente al conflicto armado, soy cristiana y me da mucho gusto saber de ustedes.