domingo, 10 de julio de 2011

Expresión del conflicto armado ataca actores y escenarios de construcción de paz en norte del Cauca

El pasado sábado, el conflicto armado de este país se expreso con intensidad en el norte del Cauca. En esta ocación por accionar de las FARC en Toribío, Corinto, Caldono y Mondomo. En los dos primeros, los ataques se dirigieron a puestos de Policía en cascos urbanos, y en ellos se emplearon vehículos con explosivos de alto poder. Luego vinieron los combates con lanzamiento de tatucos y cruce de disparos.
En Toribío, por ser un día de mercado, el impacto fue mayor. Allí se registró el fallecimiento de 4 comuneros y 1 Sargento de la Policía, 79 heridos, y destrucción o afectación grave de casi todas las casas del casco urbano, incluyendo la Parroquia y la casa cural, la sede del Proyecto Nasa y la emisora comunitaria de los indígenas de este Resguardo y Municipio, tal como se registra en las fotos anexas a este artículo. Esto sin contar los efectos invisibles, como el trauma que el evento deja en toda la población y especialmente en los niños y las niñas.
Los pueblos indígenas del Cauca, que han soportado violencias estructurales como la exclusión, el despojo, y la pobreza, entre otras, y violencias directas como la que encarna el conflicto interno armado, en la historia reciente de este país han comprometido valiosos esfuerzos para contribuir a la construcción de la paz, desde auténtivos y creativos mecanismos noviolentos, en medio de las violencias y a pesar de las mismas. Han generado el movimiento indígena en Colombia, y han alcanzado un reconocimiento por sus procesos organizativos, sus planes de vida y su ejercicio de resistencia noviolenta. Con su resistencia indígena han alcanzado importantes logros: recuperación de territorios ancestrales, protección de su cultura, ejercicio perfectible de autonomìa, recuperación en significativos porcentajes de sus lenguas propias, su medicina tradicional, su espiritualidad y aplicación de justicia propia, entre otros. A su vez, han realizado movilaciones de 70.000 y 40.000 indígenas en los 6 últimos años, y en ellas han propuesto la vida y la dignidad, la protección de la madre tierra, la solución negociada del conflicto armado, y la unidad de los sectores sociales en procura de un país posible, mas justo y mas humano.
El proyecto Nasa de Toribío, proceso que ha alcanzado 31 años de existencia, ha recibido importantes reconocimientos: premio nacional de paz en el 2000, premio nacional al mejor plan de desarrollo 1998 - 2002, premio planeta azul, y premio ecuatorial otorgado por el PNUD.
Por lo mencionado hemos dicho que estos escenarios de construcción de paz son patrimonio de paz de este país, que deben ser reconocidos, apoyados, fortalecidos y excluidos de las hostilidades. Lo seguimos y seguiremos diciendo, y esperamos ser escuchados.
Son estos los actores y los escenarios de construcción de paz, que han sido atacados este fin de semana por el absurdo de la guerra, que desata todos los demonios y desconoce todos los limites.
Quienes somos afectos a la paz y hemos tenido el privilegio de conocer estos valiosos procesos indígenas del Norte del Cauca, rechazamos este accionar de la insurgencia, y convocamos a todos los actores del conflicto armado a respetar el derecho humanitario y a buscar alternativas para una solución negociada de este prolongado conflicto.
Cabria reflexionar si hay lugar para triunfalismos de algunas de las partes de este conflicto, si las armas y el pie de fuerza son suficientes para garantizar la seguridad, si estamos dispuestos a soportar un conflicto armado con capacidad para adaptarse a los cambios por 30, 40 o 50 años mas, y si no es menos costoso para todos encontrar alternativas para una solución negociada y definitiva de este conflicto.
Al CRIC, la ACIN, las autoridades indígenas de Toribio, Corinto, Caldono y Mondomo, a las autoridades civiles, todos los comuneros del norte del Cauca y especialmente las víctimas de los eventos registrados en este artículo mi fraternal y solidario saludo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Excelente artículo Esperanza. Por una parte enumeras los daños y el impacto, pero recoges tambièn los logros de los procesos sociales y de construcciòn de paz indígena y la manera como aportan luces y caminos para soluciones alternas a la militarización. En momentos en que se endurecen posiciones y la tentación de escalar el conflicto como respuesta encuentan receptividad en los sectores proclives al armamentismo y lo miliar, reflexiones como esta llena de exigencia pero orientada a la concertación son muy valiosas. Me uno claro està a tu saludo fraterno y solidario a las comunidades afectadas. Marcela Salazar P.