miércoles, 5 de septiembre de 2012

Negociaciones de paz: valiosa oportunidad para resolver el conflicto armado y superar el limbo: ni paz ni guerra del todo, ni derrota del adversario ni acuerdos de paz

Doce años después de la experiencia de negociaciones de paz del Caguan, durante el gobierno de Andrés Pastrana; el Presidente Juan Manuel Santos y la guerrilla de las FARC han anunciado ayer la iniciación de un proceso de negociaciones de paz que busca poner fin o resolver en forma definitiva el conflicto armado de este país y generar condiciones para una paz estable y duradera. 

Constructores de paz, estudiosos de la paz, la sociedad civil por la paz, y las Iglesias, celebramos hace un par de semanas los diálogos exploratorios para la realización de un proceso de paz entre el Estado y las Farc, y mucho mas ayer, con el anuncio sobre el acuerdo entre los mismos para el inicio de las negociaciones de paz. La solución negociada de este tipo de conflictos siempre ha representado la mejor alternativa, la menos costosa y la que ofrece mayores posibilidades para la transformación del mismo. La solución militar de los conflictos armados genera exorbitantes costos de toda naturaleza, incontables pérdidas, crecientes víctimas y efectos invisibles, como los odios y los deseos de venganza, que alimentan el histórico ciclo de producción y reproducción de esta modalidad de violencia.

Este conflicto que ha alcanzado más de cincuenta años de duración y es considerado en la actualidad como el más antiguo del mundo, hasta el momento se ha mantenido en este país en un limbo: ni paz ni guerra del todo, ni negociaciones de paz ni derrota del adversario. Su complejidad, larga duración, impacto múltiple, y la capacidad de sus actores para adaptarse a los cambios y recuperarse, han tornado esquiva la resolución o transformación del mismo. No obstante, distintas voces, el movimiento por la paz y especialmente las iniciativas de paz de base social han persistido, en unos momentos más que en otros, en buscar y proponer alternativas para su solución pacífica. 

Este proceso de negociaciones de paz inicia con condiciones favorables, que deben aprovecharse de la mejor manera posible, para que puedan alcanzar el objetivo propuesto: 
  • Se cuenta en la actualidad con un importante acumulado de experiencia en negociaciones de paz y valiosos aprendizajes de procesos de construcción de paz, especialmente de iniciativas civiles de paz de base social.
  • En forma generalizada, la violencia ha dejado de percibirse como el método mas idóneo para transformar la realidad. 
  • La insurgencia ha tenido épocas donde la correlación de fuerzas ha estado a su favor (desde la década de los 80 hasta el 2002), pero tambien otras (2002 - 2010), en  las que ha sido evidente que la correlación de fuerzas ha favorecido a la Fuerza Pública. Esta realidad ha mostrado que los actores armados no son invencibles.
  • El Estado ha constatado que por más eficaz que pueda ser una política pública, por el carácter dinámico de los conflictos armados, los actores del mismo pueden recuperarse del impacto de dichas políticas y dinamizar su capacidad ofensiva, tal como ocurrioó con la política de seguridad democrática. Ello ha evidenciado que la seguridad soportada en la fuerza militar no es infalible.
  • El Estado ha constatado que no es fácil derrotar a la insurgencia y a su vez la insurgencia ha constatado que no cuenta con las condiciones para el triunfo revolucionario propuesto en el momento de su emergencia.
  • Por primera vez en la historia de las negociaciones de paz, se ha abierto un espacio para una participación activa de la sociedad civil por la paz y esto da más fuerza y legitimidad al proceso. Timoleón Jimenez, conocido como "Timochenko", comandante general de las FARC, ha mencionado en el discurso en el que dió a conocer el acuerdo de iniciación del proceso de paz, que la llave de la paz no la tiene el gobierno ni tampoco la guerrilla, que ella está en manos del pueblo. A su vez, las iniciativas de paz de base social, auténticas experiencias de construcción de paz desde la base y lo local, como los procesos indígenas, afros, campesinos, de mujeres, jóvenes y víctimas que se han conformado en Colombia, han manifestado de diversas maneras que por su experiencia, los logros alcanzados y por representar los sectores que más han soportado el impacto de este conflicto, ellos deben estar en la mesa de negociaciones de paz.
  • Dado que el Eln también ha expresado su voluntad de iniciar un proceso de negociaciones de paz, sería posible integrar a los movimientos insurgentes en las negociaciones que han iniciado, logrando una negociación con los dos movimientos insurgentes vigentes, sin tener que recurrir a negociaciones parciales.
  • Distintos sectores: los partidos políticos, las altas cortes del poder judicial, el Congreso, la sociedad civil por la paz, las Iglesias, países amigos, organismos intergubernamentales y un alto porcentaje de opinión nacional han expresado su apoyo al proceso de negociaciones de paz. Esto legitima el inicio de las mismas.
La experiencia acumulada que han dejado los procesos de negociaciones de paz realizados desde 1982, en tiempos del gobierno de Belisario Betancur; los aprendizajes de las experiencias de construcción de paz generados y jalonados por la sociedad civil por la paz; los hallazgos de la investigación para la paz; y el referente de las negociaciones de paz realizadas en conflictos armados internos de otros países,  han dejado importantes enseñanzas:
  • No debe confundirse el proceso de construcción de paz con las negociaciones de paz. La construcción de la paz implica un proceso complejo, de largo plazo, mucho más amplio que las negociaciones de paz.
  • Las negociaciones de paz son muy relevantes para la paz de este país, pero los acuerdos que finalizan estas negociaciones no generan por si solos la paz. Ellos son muy importantes, pero no puede perderse de vista que solo representan el comienzo de una etapa posterior de gran transcendencia: la de materialización de los acuerdos.
  • La importancia de tener en cuenta no solo los aprendizajes de los logros de pasadas negociaciones de paz, sino principalmente los de sus dificultades y frustraciones.
  • Es importante la participación en la mesa de negociaciones de  paz de miembros activos de la Fuerza Pública por su condición misma dentro del conflicto armado.
  • Es importante también la participación de experiencias de construcción de paz de base social en la mesa de negociaciones de paz. Ellas cuentan con valiosa experiencia y aprendizajes como constructoras de paz y mediadoras en este conflicto.
  • Es muy relevante que en forma paralela al desarrollo del proceso de paz se ambiente dicho proceso para que los distintos sectores de opinión y la sociedad civil en general no pierdan la sintonía con el mismo, para que no se deslegitime, aún en los momentos normales de estancamiento de dicho proceso.
  • Entender que el acuerdo de paz, producto de las negociaciones de paz toma su tiempo, que no está a la vuelta de la esquina, así represente para todos un importante anhelo.
  • Es fundamental que dentro del curso de las negociaciones de paz se avance en acuerdos, así solo tengan un carácter temporal, de treguas o altos al fuego, dado que negociar en medio de las hostilidades, lo cual es comprensible en los inicios de estas negociaciones, puede amenazar el proceso de paz.
  • Parece fundamental tener en cuenta la región y lo local, dado que es allí donde se ha expresado con intensidad el conflicto y tambièén donde se han realizado procesos valiosos e interesantes de mediación en el conflicto armado y construcción de paz, que no pueden desconocerse. Sería importante superar la ruptura entre el ámbito nacional y regional de la negociaciòn.
  • Es primordial el rol de los medios de comunicación, ellos tienen un importante potencial para ambientar el proceso de paz, pero también para deslegitimarlo. 
Hemos avanzado de los diálogos exploratorios al acuerdo para el inicio de las negociaciones de paz, contamos con los aspectos favorables ya mencionados, pero el reto en inmenso, compete a todos, y no puede perderse de vista la dificultad que entrañan las negociaciones de paz de los conflictos armados, no siendo posible imaginar que será este un camino de miel y mermelada, y que el acuerdo final está a la vuelta de la esquina. Esta realidad no debe perderse de vista.

Esperamos que el Presidente Juan Manuel Santos y el Comandante de las Farc, Timoleón Jimenez, "timochenko",  no pierdan de vista sus afirmaciones de ayer, relacionadas con su voluntad de dar solución definitiva y pacífica a este conflicto, y que puedan hacerlas realidad.


Notas:
  • Obra de la artista visual, Clemencia Hernández, titulada: "ventana a un sueño". Ojala las negociaciones de paz sean la ventana al acuerdo de paz largamente deseado en este país.
  • En la foto inferior se registra la demanda de negociaciòn polìtica en una movilizaciòn social efectuada en este país.

1 comentario:

Ginny Bouvier dijo...

Gracias, Esperanza, por tu análisis, que encuentro muy acertado, sobretodo en la necesidad de buscar mayor articulación entre las regiones y el proceso nacional. Eso será un gran desafio en las próximas etapas.