lunes, 25 de febrero de 2008

CRIC-: treinta y siete años aportando a la construcción de la paz en Colombia



El Consejo Regional Indígena del Cauca -CRIC- celebra por estos días sus treinta y siete años de existencia. Este acontecimiento, que representa por si solo un importante logro de esta experiencia indígena, nos conduce principalmente a reflexionar sobre los significados de su proceso, y principalmente frente a su aporte a la construcción de la paz de Colombia.
El CRIC ha sido considerado de diversas maneras: como movimiento indígena, iniciativa civil de paz de base social, experiencia regional indígena de resistencia histórica y resistencia civil, y una revolución pacífica, como lo señala el líder Marcos Yule, quien al respecto manifestó: "(...) nosotros mismos hemos generado cambios de hace veinte o treinta años, y aqui lo vemos en la práctica. La diferencia es que no es a la fuerza, no es por la vía de las armas, ahí si diferimos mucho, ahí hacemos un cambio en forma razonada e inteligente, aprovechando los valores que tenemos (...) a nosotros nos intereza es la gente, que diga, que opine, que cambie, contribuya al camino y que tenga fuerza para vivir bien, vivir en armonía, en equilibrio en la relación hombre con la naturaleza (...)".

El CRIC ha sido esencialmente un escenario de construcción de paz de base social o de abajo hacia arriba. Su proceso se ha nutrido desde sus orígenes con el legado de líderes históricos como Juan Tama y Manuel Quitín Lame, entre otros, la resistencia histórica de los pueblos indígenas del Cauca, los valores de las culturas de los mismos y su capacidad para asumir y transformar la realidad.

El proceso del CRIC ha generado el movimiento indígena en Colombia, ha evidenciado que es posible la unidad en la diversidad, y ha visibilizado la potencialidad de los pueblos indígenas en la construcción de la paz, con propuestas propias y un ejercicio de autonomía, mediante las cuales han respondido a tradicionales violencias estructurales como la pobreza, la miseria y la exclusión, que desde la "invasión española" han sido impuestas a los indígenas, y a violencias directas como el conflicto armado, que siendo generado desde afuera, les ha ocasionado un impacto múltiple y de gran alcance que ha puesto en riesgo su supervivencia y ha amenazado su cultura, autonomía y territorio. También ha propuesto formas alternativas de vida y de relación, mas humanas y esperanzadoras, en las que las culturas de los pueblos puedan expresarse en la plenitud de lo que son y aportar a este país desde la riqueza de su diversidad, y ha advertido sobre el riesgo que imponen modelos económicos como la globalización, que a su juicio "ha convertido en mercado la vida misma".

El CRIC ha evidenciado los alcances del poder comunitario, los procesos organizativos, el ejercicio de resistencia noviolenta, y la coherencia y permanencia de una propuesta indígena para los indígenas, los sectores sociales y para Colombia, que denuncia con firmeza cuando tiene que denunciar, que se moviliza sin recurso a la violencia, pero que siempre esta dispuesta al diálogo y a los acuerdos siguiendo su principio rector de la armonía y el equilibrio.

La paz que el proceso del CRIC ha construido, propuesto y soñado no puede considerarse como una paz completa o acabada, sino una paz perfectible, que significa mucho mas que ausencia de guerra, que se construye en el día a día, a partir de los valores de las culturas indígenas, sus capacidades y necesidades, desde mediaciones permanentes entre conflictividades y opciones pacifistas, que se reconoce en la forma noviolenta como gestionan, regulan y resuelven los conflictos, en sus significativos logros en términos de recuperación, protección y fortalecimiento de sus culturas, territorio y ejercicio de autonomía, y en sus relaciones interétnicas.

Antes del surgimiento del CRIC los pueblos indígenas del Cauca soportaban el peso de un pasado de discriminación, exclusión e injusta negación de sus culturas y alternativas de futuro. Con la emergencia de este proceso regional, los indígenas ha podido potenciar los valores y capacidades propios de sus culturas, han aportado a la comprensión de la multiculturalidad y de sus requerimientos, han movilizado sus propositivas y humanizantes propuestas, han evidenciado su protagonismo en la construcción de la paz, y se han convertido en un referente muy importante para otras iniciativas civiles de paz y para distintos sectores sociales, que encuentran esperanza en sus propuestas y formas de vida.

NOTA: este artículo se soporta eh las fuentes de información que se relacionan a continuación:

  • www. nasaacin. org.
  • Hernandez Delgado E. (2004), Resistencia civil artesana de paz. Experiencias indígenas, afrodescendientes y campesinas, Bogotá, Editorial de la Universidad Javeriana.
  • La foto fue tomada de la web reseñada, y representa el momento en que lo alguaciles del Cabildo de Jambaló asumen el poder representado en sus bastones de mando.

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