sábado, 16 de noviembre de 2013

Negociadores de paz en la Habana y la sociedad civil en Colombia avanzan en la apertura de caminos para la paz



Al conmemorarse un año del inicio de las negociaciones de paz entre el gobierno y las FARC, registramos importantes logros de la mesa negociadora en la Habana, y plurales y significativas iniciativas de la sociedad civil por la paz. Ellas evidencian  que avanzamos en la apertura de caminos para la paz. 

Como no se había registrado antes en la historia de Colombia, el actual proceso de negociaciones de paz ha alcanzado logros sin precedentes: una fase de prenegociación discreta e impecable que condujo a un acuerdo general y trascendental: iniciar conversaciones directas e ininterrumpidas sobre una agenda establecida, con el fin de alcanzar una Acuerdo final de Paz; un acuerdo parcial en política agraria, primer punto de la agenda; un acuerdo parcial en participación política, segundo punto de la agenda; las partes han mantenido la reserva que es tan necesaria en las negociaciones de  paz; y aunque se han presentado normales desacuerdos y embotellamientos, las partes no han suspendido la negoción de paz.

No existen procesos de negociaciones de paz perfectos ni fáciles; ni fórmulas académicas acabadas que conduzcan al éxito en este tipo de procesos de paz. Son procesos perfectibles, en construcción permanente y con alternativas de solución propias. Teniendo en cuenta esta realidad, la larga duración del conflicto interno armado y las condiciones propias del gobierno y de las Farc, es necesario reconocer que no es fácil llegar hasta donde han llegado, y que los avances alcanzados indican que no es imposible ni utópico considerar que pueden alcanzar un acuerdo final de paz. En ese sentido, reconocemos los esfuerzos del gobierno y de las Farc,  la oportunidad que se están dando para lograr lo que hasta el momento ha parecido imposible: dar fin al conflicto interno armado, sustituir la lucha armada por la lucha política, y sentar las bases para profundizar la democracia y resolver el conflicto social, tareas propias y transcendentales del proceso de construcción de la paz.


A su vez, en los últimos meses, distintos sectores de la sociedad civil por la paz han realizado diversas alianzas, han formulado interesantes propuestas y han asumido un rol más protagónico de cara a las negociaciones de paz y la construcción de la paz en el postconflicto. Destaco algunas de las valiosas iniciativas: el pacto ético por la paz del colectivo de mujeres paz y seguridad; la audiencia por la paz convocada por redes, Ong, Iglesias y academia; el proceso por la reconciliación en Arauca, generado y dinamizado por la iniciativa Puentes para la paz de la Iglesia Menonita; y la convocatoria a un pacto nacional por la paz, generada e impulsada por las organizaciones e instituciones que aparecen en la invitación que acompaña este artículo, y que será lanzada el próximo lunes, que plantea una propuesta y una metodología. A estas se unen plurales foros realizados por la academia, las ONG y la academia y organismos intergubernamentales.

 Las iniciativas de sociedad civil le han dicho a la mesa de negociaciones de paz de la Habana que reconocen sus esfuerzos, pero que tienen la responsabilidad histórica de no dilapidar esta oportunidad para dar fin por vía dialogada a la larga y costosa confrontación armada, que no deben suspender ni terminar el proceso de paz sin lograr el anhelado acuerdo final de paz, que para un mayor alcance del proceso de paz deben iniciar negociaciones de paz con el ELN, y que deben avanzar en acuerdos y hechos de paz. 

A su vez, han dicho a la sociedad civil en general que tiene la responsabilidad histórica de rodear las negociaciones de paz, exigir a las partes que no se levanten de la mesa y trabajar en las condiciones para la verificación e implementación del acuerdo de paz, y la tarea de construcción de paz que iniciará luego de la firma de dicho acuerdo. Proponen una amplia expresión social mediante la adopción de consensos y acuerdos sociales y políticos, locales, regionales, interceptoriales y multisectoriales que conduzcan a un gran pacto nacional sobre temas fundamentales que posibiliten una transición hacia "una democracia autentica, justa y equitativa", tal como lo expresa la convocatoria al pacto. Proponen una política pública de paz, y que el debate no se centre en forma polarizante, entre negociaciones de paz y guerra; sino que aborde contenidos sustanciales de la paz, como profundización de la democracia, vida digna, caminos para la reconciliación, y modelo de desarrollo equitativo e incluyente.


Quiero cerrar este artículo con el lema del II foro internacional, Horizontes para la paz y la  reconciliación en Arauca: Colombia sueña, cree, busca, anhela, construye, trabaja y vive la paz

NOTAS:

1. En la foto del medio a la derecha, niños y niñas cantan en el acto público que siguio a la caminata por la paz en Arauca. Sobre los niños la pancarta con el lema del foro, ya mencionado.
2. Junto a la foto anterior, la invitación al lanzamiento del pacto nacional por la paz.
3. La imagen descendente que sigue recoge el logo de la iniciativa de pacto etico de las mujeres del colectivo mencionado.
4. Una foto de la Audiencia por la paz. En ella figura el Representante Iván Cepeda de la Comisión de Paz del Congreso, Jenny Neme de Justapaz, Donaldo Quiroga de la Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare -ATCC-, experiencia Nobel Alternativo de Paz, Luis Eduardo Celis de la Corporación Nuevo Arcoiris y quien escribe este artículo.


sábado, 19 de octubre de 2013

Comisiones de Paz del Congreso y distintos sectores de la sociedad civil piden a la mesa de negociaciaciones de paz de la Habana: !No levantarse dela mesa!



La historia reciente ha ofrecido interesantes evidencias del rol protagónico que la sociedad civil por la paz ha representado en algunos procesos de paz y en  momentos históricos relevantes de algunas naciones. En el primer caso, en el marco de procesos de negociaciones de paz, la sociedad civil se ha organizado para realizar una mediación social en dichos procesos, haciendo llamados a las partes para que no se levanten de la mesa cuando las negociaciones evidencian embotellamientos; y también para ambientar los procesos en mención, buscando que mas sectores lo apoyen y participen. En el segundo caso, la sociedad civil se organiza para resistir pacíficamente y generar transiciones de dictaduras a democracias, siento el caso de la campaña del "No" que logró la realización del plebiscito que dio fin a la dictadura de Pinochet en Chile; o la resistencia que saco del poder a Milosevic en los Balcanes.

En Colombia, el proceso de paz que cumple un año por estos días, ha suscitado sintonías, entusiasmos moderados y oposiciones. Todo esto es normal en cualquier proceso de paz. Lo que vale la pena destacar, es que a medida en que ha ido transcurriendo el tiempo, se ha ido registrarse una mayor actividad de la sociedad civil en torno de la paz: foros de la academia y de organismos intergubernamentales, y de las comisiones de paz del congreso con víctimas y organizaciones en las regiones; pronunciamientos de las Iglesias, los pueblos, las mujeres, y las víctimas; e iniciativas de organizaciones de mujeres, como el "pacto ético por la paz", entre otras. Estimativos recientes, como el de DATEXCO, revelan que es mayor el porcentaje de colombianos que no desea que se suspendan las negociaciones de paz, aunque también reflejan un alto porcentaje de escepticismo frente a un acuerdo final.

En sintonía con lo mencionado, al conmemorarse un año de la instalación de la fase de negociaciones de Paz en Oslo, y frente a los embotellamientos recientes registradas en las negociaciones de paz,  las Comisiones de Paz del Congreso de la República y distintos sectores de la sociedad civil, la academia y el movimiento por la paz, remitieron una carta al Presidente Juan Manuel Santos y al Comandante de las Farc, Rodrigo Londoño. En ella destacan el momento esperanzador que representan estas negociaciones de paz para todos y todas en Colombia; reconocen los significativos logros que el gobierno y las Farc han alcanzado hasta el momento; manifiestan que admiten que es un proceso difícil, pero también, que no es imposible alcanzar el acuerdo final de paz; y esencialmente les solicitan no suspender ni terminar las negociaciones de paz porque la paz representa una urgencia nacional. Transcribo dicha carta a continuación:


CARTA ABIERTA DE LA SOCIEDAD CIVIL Y POLITICA

Respetados Señor Presidente de la Republica de Colombia, Juan Manuel Santos, y  Señor Comandante de las FARC, Rodrigo Londoño:

Quienes suscribimos esta carta nos dirigimos a ustedes para instarlos a que no dilapiden la oportunidad histórica que hoy reposa en sus manos, de poder dar fin por vía negociada al conflicto interno armado, que  se ha prologando por más de  medio siglo, dejando a su paso un impacto múltiple de altos costos para el Estado, la insurgencia y especialmente la sociedad civil.

Reconocemos que ustedes han alcanzado en el actual proceso de negociaciones de paz logros significativos sin precedentes. Sabemos que no es fácil llegar hasta donde han llegado, y somos conscientes de las dificultades que entraña lograr el deseado acuerdo final. Entendemos que ningún proceso de paz en conflictos armados prolongados es fácil, sin embargo, también tenemos presente que la historia reciente registra casos ejemplarizantes de conflictos de esta naturaleza resueltos mediante negociaciones de paz. Ellos enseñan que las dificultades propias de estas negociaciones no implican necesariamente la imposibilidad de llegar a la orilla por todos deseada y compartida de los acuerdos de paz: y que los diálogos tienen poder transformador.

Un conflicto de más de medio siglo de duración, atravesado por niveles extremos de degradación, convierte la paz en clamor sentido de una sociedad agotada de tanta muerte y destrucción. La paz representa no sólo un derecho y un deber (Artículo 22 C.P.), sino una urgencia nacional, entendiendo que la paz es un asunto de todas y todos.

El año pasado se cumplieron 30 años, de búsqueda de terminación del conflicto mediante negociaciones de paz, contados desde 1982, cuando el gobierno de entonces las convirtió en política de Estado. En el largo trayecto de tres décadas se ha intentado todo: desde la negociación directa hasta la confrontación abierta, pasando por la Asamblea Constituyente, el indulto y la entrega incondicional. Sin embargo, pese a ese descomunal esfuerzo, el entendimiento no ha primado sobre la confrontación.

Señor Presidente y Señor Comandante, sin duda la paz se relaciona con la vida política de la nación. No obstante, debe tenerse en cuenta que si bien las elecciones son ciertamente un episodio importante, la paz, hoy por hoy, es el acontecimiento más transcendental para el país y el conjunto de la sociedad.

Solicitamos que las conversaciones no se suspendan durante la campaña electoral, pues ello podría abrir la puerta a escenarios inciertos. La paz es un ejercicio supremo de la política donde deben intervenir los candidatos y sus partidos imbuidos por el espíritu de la paz de Estado. No puede suceder que tras los avances logrados en La Habana las elecciones estén por encima del clamor generalizado a la paz.

Los instamos para que honren la voluntad de paz que comprometieron al firmar el acuerdo general del 26 de agosto de 2012, sin suspender ni levantarse de la mesa de negociación hasta lograr el acuerdo de paz. En este sentido, sería de gran conveniencia que acordaran un límite temporal a las conversaciones y que dentro del mismo, den gestos y acciones efectivas que reduzcan la intensidad del conflicto, la victimización de la sociedad y la retórica belicista. Igualmente es importante que ustedes consideren alternativas de mediación formal y social que permitan superar embotellamientos propios de estas negociaciones y dinamicen el proceso de paz.

En sintonía con lo anterior, es preciso asumir que es necesaria la incorporación al proceso de paz de las otras fuerzas insurgentes, el ELN y el EPL, puesto que la paz parcelada impide la anhelada terminación del conflicto.

Después de dirigirnos a ustedes formulando peticiones discutidas y consensuadas declaramos que la firma de un acuerdo de terminación del conflicto armado entre el Estado y la guerrilla es un paso extraordinario dentro del proceso de largo aliento de construir la paz con justicia social en este país. Una vez sellado este acuerdo, ustedes y nosotros, tendremos la responsabilidad de retomarlo para desplegar la tarea de construir una paz estable y duradera.

Señor Presidente y Señor Comandante, leales al talante de la responsabilidad que demandamos, cerramos esta carta reiterando nuestro compromiso con la búsqueda y construcción de la paz.


¡NO LEVANTARSE DE LA MESA!
MANDATO CIUDADANO POR LA PAZ

domingo, 6 de octubre de 2013

Ganar la paz es la propuesta del "pacto etico" que el colectivo "Mujer, Paz y Seguridad" ha lanzado en Bogotá



Desde hace aproximadamente cuatro décadas o quizás más, diversas organizaciones de mujeres han asumido un compromiso con la construcción de la paz en Colombia. Identifico dentro de ellas, a la  pionera Organización Femenina Popular -OFP- de Santander, la Fundación  Mujer y Futuro, también de este departamento,  la Asociación de Mujeres en el Oriente Antioqueño -AMOR-, las madres de la Candelaria de Medellín, la Asociación de Familiares de Soldados y Polícías retenidos y liberados -ASFAMIPAZ-, la Ruta Pacífica en toda Colombia, y la Corporación Vamos mujer, entre otras. 

Algunas de estas organizaciones han evidenciado, en forma ejemplarizante, las posibilidades de la transición de víctimas a constructoras de paz; y todas ellas han hecho visible, desde diversas y creativas, propuestas y métodos, el empoderamiento pacifista de las mujeres. Iniciaron luchando por la defensa de los derechos de la mujer, la superación de la violencia de género y de la exclusión de las mujeres; pero fueron ampliando su labor a otros ámbitos también inherentes a la construcción de la paz: la protección de los derechos de las mujeres y demás sectores victimizados por el conflicto armado; en algunos casos, en contextos de alta violencia, se organizaron para resistir pacíficamente al conflicto en mención; en otros, para mediar en el mismo, salvando vidas y defendiendo derechos esenciales de pueblos, comunidades y víctimas; y en todos los casos, estas organizaciones ha propuesto la solución negociada del conflicto armado y distintos acuerdos humanitarios.

En esta ocasión, el colectivo: Mujer, paz y seguridad, lanzó el pasado miércoles, el "pacto ético por un país en paz", una interesante propuesta de mujeres para la construcción de la paz en Colombia. Ellas hablan de "diálogos difíciles pero posibles", "valores transformadores", "posibilidades de cambio", y proponen una ruta de 15 puntos.

Rosa Emilia Salamanca, con amplia trayectoria como defensora de DDHH, es la directora del colectivo en referencia. Transcribo a continuación apartes de su discurso en el lanzamiento, que da cuenta del origen, los fundamentos y la propuesta de esta iniciativa:

      "Hace tres años, iniciamos un viaje a Filipinas. Viaje curioso e interesante. Un país en Asia, un país semejante al nuestro, pero al mismo tiempo su antípoda. Diez mujeres colombianas con marcadas diferencias en pensamiento y vida y la posibilidad de convivir durante largas horas de vuelo y millas de distancia. Muchas horas de conversación, de intercambio, de reconocimiento, de emociones encontradas. 

      Muchas lecciones aprendidas. La primera, que podíamos darnos un tiempo para conversar a pesar de ser tan diferentes. Que podíamos darnos la oportunidad de conocernos, de saber nuestras historias, de escuchar a la otra a pesar de nuestros prejuicios, desconfianzas, y rabias. Y poco a poco un pequeño proceso de paz nació entre nosotras y una interesante y compleja amistad y complicidad (...)  que los paradigmas para afrontar los conflictos en el mundo pueden cambiar y tienen que cambiar.

     Que nunca hay que perder de vista que el origen de los conflictos sigue enraizado en la exclusión, en la discriminación, en la negación de los derechos de todos y todas, en la no redistribución, en una concepción del poder y de la autoridad añeja. Por ello ver la posibilidad de cambiar el paradigma de ganar la guerra a ganar la paz fue muy iluminador.

     Y aprendimos que esto significa cambiar definitivamente la lógica de la confrontación por la lógica del diálogo y la conversación. ¡ una conversación con resultados, efectiva! Una conversación con cambios profundos en las personas y en la sociedad. La transformación urgente en lo cotidiano y en lo público. Así que nuestro paradigma es ganar la paz. Esto implica andar todos los caminos para que esto sea posible. Requiere transformaciones y replanteamientos en todos los aspectos de la vida y del que hacer de lo que hoy conocemos como desarrollo.

     Que nos une. La apuesta por tener un país democrático donde se puedan discutir las ideas. Donde no hay que renunciar a los postulados pero si aprender que la verdad no es absoluta y que es el campo civil, amplio de la escucha y el debate donde se confrontan las ideas, El campo de la política donde se deben tener las condiciones para avanzar en ellos. Donde la terquedad y el mesianismo no son la ruta a seguir.

     De ahí nacieron nuestros diálogos difíciles, diálogos posibles, que ha sido la metodología con la que hemos avanzado en la construcción de ese pacto que hoy ustedes tienen en la mano y que parece sencillo, bonito como nos decían, pero que es contundente y profundo. Cada frase que hay allí es un llamado al corazón de esta sociedad y el resultado de conversaciones con sectores con quienes difícilmente hubiéramos soñado hablar por miedo, por prevención, por rabia.

    ¿Y que más une? la urgente necesidad de un ejercicio de concertación y transformación ética como fundamento del ejercicio político en Colombia. Y no hablamos de recuperar valores. Tenemos que construir valores nuevos, transformadores que permitan nuestra convivencia en un ambiente laico y de deliberación democrática..

     Filipinas fue el comienzo de diálogos, consultas, debates. Hoy dos años y medio después estamos aquí lanzando este pacto. Un grupo pequeño, modesto de mujeres decididas a iniciar un proceso conjunto hacia un país en paz. Este pacto entonces, busca convocar y animar a una ciudadanía activa transformadora y deliberante. No podemos guardar silencio frente a la construcción de paz. Nos compete a todas y cada una de las personas de este país. La esquizofrenia ente lo político y lo ético no puede continuar. No podemos seguir siendo el país del CVY (como voy yo). Tenemos que ser el país del CVTT. (como vamos todos y todas)

     Queremos hacer de este un proceso novedoso. Una campaña sostenida que se inicia hoy y que además de motivar la recolección de firmas para generar ciudadanía activa frente a la paz y lo que nos concierne a todas y todos, este es un proceso de reflexión ciudadana. Muy pronto saldrá una publicación documental guiada por la pregunta: 
 
    ¿Es verdad que las mujeres construyen paz de otra manera?. Claves de las múltiples contribuciones de paz desde las mujeres a los países en conflicto. Esto nos obligó a mirar que mujeres, que instrumentos y que paz. Estamos construyendo una web-serie que próximamente saldrá al aire, queremos hacer una aplicación para los celulares donde podamos jugar ha conseguir la paz desde los jóvenes y las niñas y los niños. Haremos un proceso pedagógico novedoso bajo la premisa de reconocer para transformar y transformar transformándonos.

    Nuestro símbolo representa una salamandra. ¿Por qué una salamandra? En estos nuevos paradigmas ya no nos sentimos representadas por las palomas para la paz. Queremos símbolos que den cuenta de nuestras realidad sin el blanco de la pureza y el vuelo lejos de la realidad. Las salamandras son animales terrestres, que no significa que no tengamos sueños pero queremos sueños posibles, concretables. Son de múltiples colores y tamaños. Cuando se les corta la cola o partes de su cuerpo les nace nuevamente. Son mágicas, cruzan el fuego y no se queman, son invisibles, hay que poner atención para verlas y cuando se les, una se maravilla de sus colores, sus visos. Hacen un sonido permanente y no muy fuerte porque no son animales agresivos. Si no pones mucha atención no los escuchas. Son increíblemente resilientes. Según la tradición son sobrevivientes y sabias. Y como son animales que consideramos que no sienten por sus facciones y su manera particular de mirar no les concedemos humanidad. Se les maltrata, se les teme, hay que tenerles desconfianza; son un buen ejemplo de sobrevivencia, de reconstrucción, de diversidad.

    Somos entonces como las salmandras y nos aceptamos desde múltiples colores, tamaños, pensamientos, nos hemos otorgado humanidad y reconocimiento y creemos firmemente que es en un lugar común por más difícil que sea, el lugar donde todas ponemos nuestras manos para construir la paz. El lugar donde salimos de nuestros lugares de comodidad. El lugar donde nos encontramos como aquí, así esto sea un desafío muy complejo y muy incómodo.

    Nosotras creemos en una reconciliación, pero una reconciliación transformadora que ponga las columnas para un ejercicio político y ético a la altura de lo que la paz y los graves problemas que tenemos en el país necesita.

     Para finalizar, una vivencia real en nuestro proceso. Ninguna durante el viaje a Filipinas podía bajarse del avión en vuelo y tuvimos que hablar como hoy en día muchas y muchos no quieren o pueden bajarse de este país. ¿Que significará entonces nuestra convivencia política, social, económica y cultural futura? Este es el desafío"

lunes, 23 de septiembre de 2013

Rember Yahuarcani, pintor indígena Uitoto que contribuye a la construcción de la paz

Rember Yahuarcani es pintor y escritor indígena Uitoto. Nació en Pebas, Perú, pero sus orígenes se ubican en Colombia, específicamente en La Chorrera, Amazonas, dado que sus ancestros habitaban este territorio antes que la violencia de la cauchería, de comienzos del siglo XX, hiciera presencia allí para instaurar la barbarie, el genocidio y la migración forzada al Perú de los pueblos indígenas que se asentaban en él, tal como ocurrió con los bisabuelos y los abuelos paternos de Rember (1).
No alcanza aún los treinta (30) años, pero goza de un importante reconocimiento, y en el Perú se le considera como uno de los artistas con mayor proyección nacional e internacional. Ha realizado 21 exposiciones individuales, ha publicado dos cuentos, y ha recibido importantes galardones como pintor y como escritor. En el 2008 ganó el premio de la Segunda Bienal Intercontinental de Arte Indígena, Ancestral o Milenario, realizada en Quito, Ecuador; y en el 2010, ganó el primer lugar en el Concurso Nacional de Literatura Infantil y Juvenil "Carlota Carvallo de Núñez". 

Rember pinta desde niño, en parte porque nació en una familia de artistas: su padre es pintor, escultor y artesano, su madre es artesana, y también pintan sus hermanos Nereo y Karem, y hasta el pequeño Rember Segundo, que ya hace sus primeros trazos. También, porque a él no le fueron ajenas, las limitaciones históricas que han padecido los indígenas en América Latina, especialmente las que representan las carencias de oportunidades, como la de acceder a la educación superior. Por ello, cuando se dío cuenta que no podría ir a la universidad, se dedicó a  pintar (Ibíd.). Como el mismo expresa: "A veces no nos dan a escoger entre las lágrimas y la risa, sino sólo entre las lágrimas y entonces hay que saberse decidir por las más hermosas. Yo me decidí por una de esas lágrimas hermosas" (Ibíd.).

Desde la mirada externa, puedo decir que de muchas maneras este artista plástico contribuye a la  construcción de la paz: difunde en sus obras los valores de las culturas y las cosmovisiones de los pueblos indígenas amazónicos, para hacerlas visibles y dignificarlas; destaca la importancia de la Amazonía, la especial relación de los pueblos indígenas que allí se asienta con la selva, y la importancia de protegerla; y otorga un lugar especial a la mujer, que asume como siempre presente, y como sostén del espacio y la creación. A ellas se agrega de manera especial, su labor de contar al mundo a través de sus pinturas el genocidio cauchero, aportando a ese proceso de largo aliento, de derecho a la verdad y reparación, demandado por los pueblos indígenas del amazonas, dentro de los requerimientos para poder cerrar las heridas que se han mantenido abiertas por cien años. Así lo hizo con su padre, el artista Santiago Yahuacari, en el mural que pintaron en la Chorrera, Amazonas, en octubre del 2012, cuando se comemoró el centenario del genocidio causado por la violencia mencionada. Este mural se registra en la foto al comienzo de este artículo, y se hizo posible por la valiosa gestión de la Fundación Caminos de Identidad -FUCAI-, que facilitó y dinamizo el centenario.

He quedado fascinada con la obra de Rember, que encuentro mágica, propositiva, ecológica, Amazónica y constructora de paz. También con su bella familia, que me nos acogió hace veinte días en su casa en Pebas. Aprovecho para agradecerles a todos.

Notas:

1. En la foto superior, el mural elaborados por los artistas Santiago y Rember Yahuarcani. En el se observa el pasado y el presente, sobre la hoja de tabaco se ilustran escenas que representan la violencia de la caucheria, y sobre ella, en representación del presente y el futuro, los espíritus del tabaco, la coca y la yuca dulce.
2. La foto del medio, una obra de Rember Yahuarcani, tomada de su Facebook
3. En la foto inferior, con el Padre Ivan, Dommi, Victoria, Fernando, y a mi lado derecho, Santiago Yahuarcani, en Iquitos, Perú.

miércoles, 7 de agosto de 2013

Primer encuentro de sabedores afrodescendientes en la Unab



Como expresión de reconocimiento de la diversidad y valoración de la cultura afrodescendiente, la Universidad Autónoma de Bucaramanga realizó el primer encuentro de sabedores afrodescendientes de Santander. Dicho evento fue generado y facilitado por Doris Lamus, investigadora del Instituto de Estudios Políticos, que ha centrado su ejercicio de investigación en  los movimientos sociales y las mujeres afrodescendientes; Gloria Oviedo, docente investigadora de la Unab, quien cuenta con amplia trayectoria en museografía y patrimonio cultural; y por Leonidas Ocampo, generador de la Fundación Afrocolombiana de Santander -FACOL-.

Este encuentro, el  primero en su género en Santander, posibilitó el intercambio entre sabedores de Puerto Wilches, que en palabras del poeta afro, Luis Abrahan Sisneros, es el lugar donde nace este departamento y la capital de la cumbia; Magangue, sur de Bolívar; la India, lugar donde se generó la experiencia Nobel Alternativo de Paz de la Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare, integrada por afrodescendientes y campesinos; y del pacífico nariñense. Allí estaban: Simón Palacios,  Ramón Córdoba, Jorge Moreno, Braulio Mosquera e Isaura Gamboa, de la India; María Sebastiana Peinado, de Barrancabermeja, sabedora de 89 años, quien no solo compartió su sabiduría, sino que nos deleitó con su danza y su energía; Luis Abrahan Sisnero, historiador, poeta y escritor de Puerto Wilches; José Manuel Ojeda; José Mosquera; y Leonidas Ocampo, médico, docente y generador de FACOL, entre otros.

Ellos coincidieron al reconocer que se sentían orgullosos de su origen, su raza, su color y de esa resistencia, que aquí o allá, en el pasado y en el presente, les ha permitido organizarse para superar la historia de esclavización y exclusión, la carencia de oportunidades y en general, todas las violencias que han colocado en riesgo su cultura. También, al agradecer a la Unab, el apoyo que les ha brindado, que identificaron dentro de los mas importante que han recibido por parte de la academia en Santander. 

Los participantes se recrearon y nos recrearon con diversos y valiosos aspectos de sus culturas: sus procesos organizativos, su medicina tradicional, sus expresiones culturales, sus mitos y leyendas, su artesanía, su tradición oral, y su gastronomía. Era un encuentro de ellos y para ellos, y representó un privilegio para quien escribe este artículo, la invitación a este evento, ya que pude maravillarme con toda la sabiduría ancestral que ellos expresaron, y a su vez, recordar la que he percibido en el medio Atrato Chocoano, Tumaco, Sanquianga, y San Bacilio de Palenque.

Durante el encuentro, los sabedores hicieron gala de su maravillosa oralidad, sus conocimientos propios, su capacidad organizativa, su resistencia ancestral y su alegría. Finalizando, nos sorprendieron con un conjunto musical integrado por jóvenes que tocaban ese instrumento tan propio de los afrodescendientes en la costa nariñense: la marimba, y hasta hubo espacio para el baile, tal como se registra en el video publicado en Intra Unab, en el link: Encuentro de saberes ancestrales 

La construcción de la paz implica necesariamente el reconocimiento real de los pueblos y sus culturas, garantizar el desarrollo y la preservación de las mismas, y la creación y profundización de relaciones interculturales, que permitan superar los vestigios de racismo y exclusión, para generar proyectos comunes que vinculen respetando la diversidad. Al respecto, destaco lo expresado por José Mosquera: "civilizado es quien conoce la necesidad de otro y se humaniza".

 NOTAS
  • En la foto superior, tomada por Ricardo Jaramillo, el grupo de sabedores participantes en el evento, los jóvenes músicos de  la marimba, las investigadoras generadoras y facilitadoras del encuentro, y algunos invitados.
  • La información recogida en este artículo fue recogida por quien lo escribe durante el desarrollo del evento.
  • En la foto del medio, Leonidas Ocampo, generador de FACOL.

martes, 9 de julio de 2013

Nobeles alternativos reunidos en Bogotá recordaron la fragilidad de la vida y afirmaron que "otro mundo es posible"



En Bogotá, entre el 2 y el 5 de julio, se dieron cita diversos Nobeles Alternativos, reconocidos en esta condición durante las últimas tres décadas por la Fundación Right Livelihood Award. El propósito era conocerse y reconocerse, intercambiar experiencias y preocupaciones, reflexionar en colectivo sobre los desafíos que afronta la región de América Latina y el Caribe, los de siempre y los actuales, identificar alternativas para la acción conjunta, y colocarse tareas con la mira puesta en el presente y el futuro.

Entre los Nobeles visitantes se identificaron: el chileno Manfred Max Neef, galardonado en 1983 por fortalecer pequeñas y medianas comunidades a partir de su economía descalza; el Brasilero Francisco "Chico" Whitaker, laureado en 2006 por su lucha por la justicia social y por ser uno de los gestores del foro mundial; la guatemalteca Helen Mack Chang, reconocida en 1992 por su lucha por la justicia y contra la impunidad en delitos políticos; el argentino Raúl Montenegro, galardonado en 2004 por su trabajo con comunidades locales en torno de la protección del ambiente; y el Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra del Brasil, laureados en 1991 por su proceso de restitución de tierras y desarrollo de proyectos sostenibles en las mismas; entre otros. A su vez, participaron por Colombia: Fernando Rendón, creador del Festival Internacional de Poesía, reconocido en 2006; Consolidación Amazónica -COAMA-, representada por Martín von Hildebrand, galardonada en 1999 por su trabajo con pueblos indígenas del Amazonas, en procura de mejorar su calidad de vida, preservando sus culturas y su ambiente;  y la Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare -ATCC-, laureada en 1991 por su proceso de resistencia noviolenta al conflicto armado y la transformación de la expresión del mismo en el Carare desde el dialogo y los acuerdos, estando representada en este evento por Donaldo Quiroga, Cristina Serna y Jorge Suarez.

En 1980 Jakov von Uexkull creó la Fundación Right Livelihood Award y desde entonces, esta fundación reconoce los esfuerzos de personas u organizaciones sociales, que en forma valerosa y ejemplarizante asumen una lucha noviolenta frente a realidades constitutivas de injusticia, violación de Derechos Humanos, cerramiento de la democracia, grave riesgo para el ambiente o carencias asociadas a mínimos vitales como la salud y la educación, entre otros, logrando cambios y transformación perfectibles. A su vez, este premio se convierte en un mecanismo de protección para quienes lo reciben, dado que generalmente su labor los coloca en alto riesgo; y también de visibilización de estos esfuerzos, procesos y experiencias.  Hasta la fecha se registra un total de 149  laureados que pertenecen a 62 países.

Los laureados reconocieron que la sociedad civil en la actualidad se enfrenta a nuevos y mayores desafíos,  que "la vida es tremendamente frágil" y que "la capacidad de aprendizaje crea puentes". A su vez, la Iglesia Sueca, patrocinadora del encuentro, considero que era necesario "escuchar las voces de quienes guían desde el ejemplo".

En el conversatorio en el que participaron l@s Nobeles Alternativos: Francisco "Chico" Whitaker, Helen Mack Chang y Raúl Montenegro, todos coincidieron al reconocer que hubo siempre un momento inspirador en sus vidas, que los llevo a asumir el compromiso y la lucha por las cuales fueron laureados; que fueron estigmatizados, perseguidos y catalogados como "locos o raros" por la causa emprendida; y que siempre es posible ir detrás de los sueños y hacerlos realidad. También afirmaron en forma esperanzadora, "que otro mundo es posible".

Solo resta reconocer respecto de estos laureados, tal como lo hizo la Iglesia Sueca, que "los vemos con mucho agradecimiento por lo que son y por lo que han hecho".

Notas:
  • Este artículo se soporta en las notas tomadas por quien escribe este artículo, durante el conversatorio realizado el jueves 4 de julio en Bogotá.
  • En la primera foto se registra el conversatorio mencionado.
  • En la segunda foto, al medio, el presidente de la ATCC, Donaldo Quiroga.
  • En la foto inferior, Cristina Serna de la ATCC.

domingo, 30 de junio de 2013

Consideraciones de Vicenc Fisas aportan valiosos elementos teóricos y prácticos relevantes al proceso de paz



Desde que se dio inicio a la décima ronda de diálogos en la Habana, han surgido, como es natural en todo proceso de negociaciones de paz, posturas encontradas entre las comisiones negociadoras del gobierno y de las Farc. Ellas han girado en torno de la realización de una Asamblea Nacional Constituyente,  los tiempos de las negociaciones de paz y la entrega de armas ante el eventual pero esperado acuerdo final de paz.

Es necesario recordar que un proceso de paz para terminar un conflicto armado no es fácil, y mucho menos aún, si se trata de un conflicto prolongado por mas de medio siglo, como es el caso del que se ha registrado en Colombia. Además, que en cualquier proceso de paz, no se negocia entre partes con sintonías políticas o ideológicas, sino entre adversarios. En este contexto las posturas encontradas, los desacuerdos y los embotellamientos de estas negociaciones son acontecimientos normales y comprensibles, representando un reto permanente para la capacidad de diálogo de las partes y el proceso de negociación.

Lo que si es evidente, es la necesidad de una pedagogía para la paz, que acompañe y ambiente el proceso de paz, aportando elementos teóricos y prácticos sobre los significados y requerimientos de los procesos de paz, los aprendizajes de anteriores negociaciones de paz realizadas en Colombia, y de las registradas en otros países con conflictos armados prolongados. Ella representaría una valiosa alternativa para fortalecer y empoderar el proceso de paz, aclarar dudas, superar prevenciones y embotellamientos, y priorizar la paz como urgencia nacional, pudiendo ser dinamizada por expertos académicos y no academicos, iniciativas civiles de paz, Iglesias, y Ong nacionales e internacionales, entre otros.

En el propósito de contribuir con esa pedagogía para la paz, comparto valiosas y soportadas consideraciones de Vicenc Fisas, circuladas en un comunicado de prensa del 25 de junio. Vicenc, director de la Escuela de Paz de la Universidad Autónoma de Barcelona, autor del "Anuario de Procesos de Paz" y de diversos textos sobre mediación y negociación de conflictos armados, en su condición de académico e investigador para la paz, desde hace varios años ha aportado con valiosas reflexiones en torno de los requerimientos para la construcción de la paz en Colombia. En el comunicado en mención, este académico afirma:

  • "En la mitad de los procesos de paz los grupos armados han tenido que esperar 2 o 3 años antes de presentarse a elecciones".
  • Es habitual que un proceso empiece en un periodo presidencial y termine en un segundo periodo presidencial, con independencia de si el presidente es el mismo.
  • Todos los grupos armados se convierten en partidos políticos tras un acuerdo de paz.
  • En Irlanda del Norte, las armas fueron entregadas a una Comisión Internacional y fundidas posteriormente. Ambos actos se realizaron sin periodistas ni fotógrafos.
  • La presión para que las negociaciones con las FARC terminen antes de finalizar el año, pueden tener efectos negativos sobre este proceso. Cada negociación requiere tiempos diferentes, a veces de varios años,  y aunque es deseable que no se eternicen, hay que respetar los tiempos necesarios para superar las normales dificultades que surgen en todos los procesos.
  • Tras un acuerdo de paz, todos los grupos armados de un cierto tamaño se convierten en partidos políticos y se presentan a las primeras elecciones posibles.
  • Todos los procesos de paz terminan con la entrega de las armas, ya sea al gobierno o a una Comisión Internacional, para que posteriormente sean destruidas o fundidas. 
  • Es de señalar que en todos los casos no se han producido revanchas o represalias hacia los ex miembros de grupos armados. Se les concede una amnistía y, en la mayoría de los casos, los excombatientes participan en programas de Desarme, Desmovilización y Reinserción.
  • Una vez firmados los acuerdos de paz sería conveniente crear una comisión mixta formada por el gobierno, las FARC, Cuba y Noruega, que hiciera un seguimiento del cumplimiento de lo acordado".
Sin lugar a dudas, estas consideraciones son aportantes y relevantes, y agradecemos a Vicenc su interés en el proceso de paz de Colombia y todas sus contribuciones con el mismo.

domingo, 16 de junio de 2013

El CRIC realiza esta semana su XIV congreso regional

Del 16 al 20 de junio, en territorio de pueblo Kokonuko (1), el CRIC realizará su XIV congreso regional, bajo el lema: "por el territorio y la gobernabilidad de los pueblos indígenas". Este congreso tendrá un carácter evaluativo, dado que analizará la realidad que están viviendo los pueblos indígenas del Cauca; legislativo, porque las decisiones que en él se adopten representarán un mandato para las autoridades indígenas locales, zonales y regionales, y para las comunidades indígenas asentadas en cada uno de sus resguardos; y de proyeccion dado que trazará los lineamientos para los próximos 4 años y elegirá la nueva directiva de esta organización.

Según comunicado del Cric, 5000 guardias indígenas del Cauca y de otros pueblos indígenas de Colombia ejercerán el control y acompañaran el congreso. Se espera que en este evento hagan presencia 120 autoridades indígenas del Cauca y 20.000 indígenas de los 9 pueblos que integran el movimiento indígena en dicho departamento.

 El CRIC es una experiencia indígena ejemplarizante en Colombia y en América Latina. Desde su surgimiento en 1971, generó el movimiento indígena en este país; y a lo largo de sus 42 años de existencia, en forma perfectible ha construido paz desde la base, es decir, en una dimensión "de abajo hacia arriba" (2). Una paz que se ha hecho visible cuando han protegido la vida en su dimensión mas amplia; cuando han recuperado, fortalecido y protegido las culturas de los 9 pueblos que lo integran, sus territorios ancestrales, al igual que sus formas organizativas, su educación, sus lenguas, su medicina y su justicia propia. También cuando han ejercido su autonomía, han generado desde procesos altamente participativos una propuesta política y unas estructuras organizativas propias, cuando han mediado en el conflicto armado en defensa de la vida, la cultura, el territorio y la autonomía,  cuando han ofrecido al Estado Colombiano, a la insurgencia y a la sociedad civil en general, propuestas ejemplarizantes como la de "La Maria territorio de convivencia, diálogo y negociación", y en sus reiterados llamamientos para la solución negociada del conflicto itnerno amado, entre otras.

Lo han hecho mediante una extraoridinaria capacidad organizativa y un fuerte y exitoso ejercicio de resistencia indígena, que en algunos momentos históricos (3) admitió el uso de la violencia como medida extrema de defensa, aunque desde 1980 comenzaron a hacer visible la potencialidad de su resistencia pacífica o noviolenta, a traves de la generación de proyectos de vida en escenarios locales, como el Nasa de Toribio en dicho año y el Global de Jambaló en 1987; posteriormente, en 1991, con la desmovilización del Movimiento Indígenista Manuel Quintín Lame; con el fortalecimiento de su Guardia Indígena, sus movilizaciones pacíficas como exigibilidad de derechos o manifestación de rechazo a políticas públicas; sus planes de emergencia para protegerse en contextos de escalamiento del conflicto interno armado; y con todos sus pronunciamientos en los que han presentado su postura de autonomía frente a todos los actores de este conflicto, entre otros (4). También destaco sus valiosas prácticas de mediación en el conflicto en mención, que han evidenciado en reiteradas oportunidades, su poder pacífico transformador desde la palabra y el diálogo, con los que han salvado muchas vidas, han aclarado su postura política frente a los actores armados y han protegido sus culturas, su territorio y su autonomía (5).


 El CRIC ha dejado diversos aprendizajes: la posibilidad de unidad en  la diversidad, el empoderamiento perfectible de los indígenas de Cauca a partir de una ideología propia, una capacidad organizativa, un ejercicio de resistencia y al mismo tiempo una vocación para el diálogo, la mediación y la negociación política (6). También ha hecho visible el valor de las culturas de los pueblos indígenas del Cauca, sus aportes a la profundización de la democracia y a la construcción de la paz, y se ha convertido en un referente de otros pueblos y comuidades en Colombia y en América Latina (7).

El CRIC ha hecho posible la transición de terrageros a recuperdores y propietarios de sus territoriios ancestrales, de pueblos invisibilizados a importantes actores sociales y políticos, y de víctimas a constructores de paz. A su vez ha movilizado la palabra, ha evidenciado que la palabra sin acción es vacia, y ha enseñado que indígena y territorio es una realidad indivisible, al igual que indígena, participación comunitaria e interés comunitario.

Definitivamente tenemos mucho que conocer y aprender del CRIC y de los pueblos indígenas de Colombia, avanzando del prejuicio y la estigmatización a la interculturalidad.


NOTAS:

1. El puebo Kokonuko es uno de los 9 pueblos indígenas que integran el CRIC.
2. Tomado del libro: Hernandez Delgado E., (2004), Resistencia civil artesana de paz. Experiencias indígenas, afrodescendientes y campesinas. Bogotá, Editorial Universidad Javeriana.
3. Como la resistencia de la Gaitana, en tiempos de la invasión española.
4. Hernandez Delgado E., (2009), "Resistencias para la paz en Colombia. Experiencias indígenas, afrodescendientes y campesinas", Revista paz y conflictos (2).
5. Hernandez Delgado E. (2012), Intervenir antes que anochezca. Mediaciones, intermediaciones y diplomacias noviolentas de base social en el conflito armado colombiano. Bucaramanga, Litografía la Bastilla.
6. En ello coincidimos diversos investigadores:  Hernandez Delgado E., (2004), Ob., Cit; Galeano Lozano, M., (2006), Resistencia Indígena en el Cauca. Labrando otro mundo, Popayán,  Impresora Feriva S.A.; Gonzales Piñeros, N. C., Resistencia Indígena. Alternativa en medio del conflicto colombiano, Cali, Artes Gráficas del Valle Ltda; y Wilches – Chaux, G., (2005), Proyecto Nasa: la construcción del plan de vida de un pueblo que sueña. Bogotá: Arfo Editores e Impresores Ltda, entre otros.
7. Ibídem.
8. El programa y la foto fueron tomados de la página web del Cric. www.cric-colombia.org

domingo, 9 de junio de 2013

Crece audiencia por la paz


Sectores académicos, de la sociedad civil por la paz y afectos al proceso de paz en general, registramos con optimismo importantes avances que este proceso ha evidenciado desde sus inicios, y especialmente en los últimos meses. Entre ellos: el acuerdo entre las partes sobre el tema agrario, primer punto de la agenda de diálogo;  el posicionamiento de la paz en las agendas gubernamentales, los debates académicos y las actividades de la sociedad civil en general; el creciente apoyo internacional a este proceso; y los sondeos de opinión que muestran una creciente sintonía con el proceso de paz, entre otros. Esta tendencia podría expresarse como: avances del esceptisismo a la esperanza.

Con el propósito de registrar y profundizar sobre esta tendencia,  me parece muy pertinente el artículo del académico Alejo Vargas, que reproduzco a continuación:

"La tarea de terminar el conflicto interno armado y seguir aclimatando la paz en Colombia es una labor que nos compete a todos los colombianos que no seguimos creyendo los cantos de sirena de la guerra y soñando con que es a través del exterminio militar que vamos a imponer la pacificación de los vencedores. Y como diría el gran poeta colombiano Jorge Zalamea, en su extraordinaria obra El Sueño de las Escalinatas, “crece la audiencia”… cada vez aumenta el número de colombianos que apoyamos la paz concertada.

En esa dirección se sitúa el Foro sobre Participación Política -segundo punto de la agenda de la Mesa de Conversaciones de La Habana entre Gobierno Nacional y FARC-, que se desarrolló del 28 al 30 de Abril en Bogotá en el Centro de Convenciones Gonzalo Jiménez de Quesada, organizado por el Centro de Pensamiento y Seguimiento al Diálogo de Paz de la Universidad Nacional y la Oficina de Naciones Unidas en Colombia y donde se reunieron cerca de 1.600 colombianos para la sesión del primer día, donde se escucharon académicos respetables de distintas universidades del país, dirigentes de todos los partidos políticos y de los movimientos políticos y sociales, directores de medios de comunicación nacionales y regionales, invitados internacionales como María Ofelia Navarrete, viceministra de Gobernación de El Salvador y antigua comandante del FMLN; el senador uruguayo Ernesto Agazzi,  antiguo militante del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros; el abogado Sudafricano Brian Currin, quien participó en el diseño de la Comisión de la Verdad; y el analista Kristian Herzbolheimer consultor sobre el caso de Filipinas. Todos ellos no sólo nos recordaron cómo el caso colombiano no es el único en que un grupo alzado en armas, previa dejación de las mismas, se transforma en movimiento político y social y juega dentro de las reglas de la democracia y que todo proceso de conversaciones para dejar atrás un conflicto interno armado tiene un objetivo político que apunta en la dirección mencionada.

Hubo también más de 1200 participantes deliberando, opinando y formulando sus propuestas en las Mesas de Participación, las cuales son de muy diversa naturaleza, y los equipos de la Universidad Nacional y de Naciones Unidas, que previo un trabajo serio y profesional de ordenación y sistematización las harán llegar a la Mesa de Conversaciones de La Habana para que sean insumos útiles a las tareas de búsqueda de acuerdos. Fue igualmente importante en este Foro de Participación Política la presencia del prelado de la Iglesia Católica, monseñor Leonardo Gómez Serna, quien no sólo compartió la opinión de la Iglesia de apoyo a la búsqueda de la Paz, sino que leyó el Comunicado del Consejo Episcopal de Paz encabezado por el cardenal Rubén Salazar, 25 arzobispos y obispos y 2 sacerdotes, reafirmando el apoyo a los esfuerzos de solución negociada al conflicto interno armado y la construcción de paz.

Fueron de gran relevancia los mensajes al Foro de Participación Políticade cinco Premios Nobel de Paz de África y América Latina, y de líderes políticos como el presidente de Uruguay, Pepe Mujica; es una muestra de que el mundo tiene los ojos puestos en Colombia y en el esfuerzo que los colombianos hacemos para salir de este medio siglo de confrontación armada interna.

Además son esfuerzos en esta misma dirección el Congreso por la Pazorganizado por el Congreso de los Pueblos y otra serie de organizaciones políticas y sociales, que sesionó en el Campus de la Universidad Nacional en Bogotá entre el 19 y el 22 de Abril, donde se analizaron las causas y posibles salidas al conflicto armado, pero adicionalmente propusieron una agenda para abordar los conflictos sociales que viven distintos sectores y regiones de la sociedad colombiana; aspiran a construir una agenda social, económica y política para la paz.

En esa misma perspectiva se sitúan múltiples eventos académicos como el Foro Unilibre-SEAP realizado esta semana, el Programa de Pedagogía de Paz de la Universidad Pedagógica Nacional, la Cátedra Debates-UN de la Universidad Nacional centrada en el análisis de los temas de la agenda de las conversaciones de La Habana y múltiples actividades desarrolladas por universidades, organizaciones no gubernamentales, movimientos sociales y políticos. Todo ello ayuda a construir una opinión favorable a losesfuerzos de paz que adelantamos los colombianos.
 
y claro, una expresión de primer orden fue la marcha del 9 de abril en Bogotá convocada por diversos sectores sectores sociales y  políticos, y apoyada por la Alcaldía de Bogotá, a la cual asistío el Presiente de la República. Fue un primer  calentamiento o puesta en escena de movilizaciones sociales para apooyar la salida concertada al conflicto interno armado,  coaro, 8 en Bogotá de abril expresion de primer orden fue la marcha del 8 de abril en Bogotá convocada por diversas una expresión de primer orden fue la marcha del  la Alcaldía de Bogotá, a la cual asistió el Presidente de la República. Fue un primer calentamiento o puesta en escena de movilizaciones sociales para apoyar la salida concertada al conflicto interno armado, las cuales se deben reproducir a nivel nacional en los próximos meses, con seguridad cadavez con mayor presencia de manifestantes.    

Por lo tanto debemos cada vez más sumar opinión favorable al esfuerzo adelantado por el actual Gobierno, de buscar cerrar de una manera concertada o dialogada el conflicto armado interno. Esfuerzo que, hay quedecirlo, lo han intentado los distintos gobiernos de las últimas tres décadas. Al mismo tiempo debemos exigirle al Gobierno Nacional y a los dirigentes del ELN, que hagan todo el esfuerzo para superar las diferencias que tengan, de tal manera que pronto podamos tener la buena noticia del inicio de una nueva Mesa de Conversaciones con esta guerrilla.

No hay duda, con el maestro Zalamea repetimos: “crece la audiencia”…

ALEJO VARGAS V.