Al conmemorarse un año del inicio de las negociaciones de paz entre el gobierno y las FARC, registramos importantes logros de la mesa negociadora en la Habana, y plurales y significativas iniciativas de la sociedad civil por la paz. Ellas evidencian que avanzamos en la apertura de caminos para la paz.
Como no se había registrado antes en la historia de Colombia, el actual proceso de negociaciones de paz ha alcanzado logros sin precedentes: una fase de prenegociación discreta e impecable que condujo a un acuerdo general y trascendental: iniciar conversaciones directas e ininterrumpidas sobre una agenda establecida, con el fin de alcanzar una Acuerdo final de Paz; un acuerdo parcial en política agraria, primer punto de la agenda; un acuerdo parcial en participación política, segundo punto de la agenda; las partes han mantenido la reserva que es tan necesaria en las negociaciones de paz; y aunque se han presentado normales desacuerdos y embotellamientos, las partes no han suspendido la negoción de paz.
No existen procesos de negociaciones de paz perfectos ni fáciles; ni fórmulas académicas acabadas que conduzcan al éxito en este tipo de procesos de paz. Son procesos perfectibles, en construcción permanente y con alternativas de solución propias. Teniendo en cuenta esta realidad, la larga duración del conflicto interno armado y las condiciones propias del gobierno y de las Farc, es necesario reconocer que no es fácil llegar hasta donde han llegado, y que los avances alcanzados indican que no es imposible ni utópico considerar que pueden alcanzar un acuerdo final de paz. En ese sentido, reconocemos los esfuerzos del gobierno y de las Farc, la oportunidad que se están dando para lograr lo que hasta el momento ha parecido imposible: dar fin al conflicto interno armado, sustituir la lucha armada por la lucha política, y sentar las bases para profundizar la democracia y resolver el conflicto social, tareas propias y transcendentales del proceso de construcción de la paz.
A su vez, en los últimos meses, distintos sectores de la sociedad civil por la paz han realizado diversas alianzas, han formulado interesantes propuestas y han asumido un rol más protagónico de cara a las negociaciones de paz y la construcción de la paz en el postconflicto. Destaco algunas de las valiosas iniciativas: el pacto ético por la paz del colectivo de mujeres paz y seguridad; la audiencia por la paz convocada por redes, Ong, Iglesias y academia; el proceso por la reconciliación en Arauca, generado y dinamizado por la iniciativa Puentes para la paz de la Iglesia Menonita; y la convocatoria a un pacto nacional por la paz, generada e impulsada por las organizaciones e instituciones que aparecen en la invitación que acompaña este artículo, y que será lanzada el próximo lunes, que plantea una propuesta y una metodología. A estas se unen plurales foros realizados por la academia, las ONG y la academia y organismos intergubernamentales.
Las iniciativas de sociedad civil le han dicho a la mesa de negociaciones de paz de la Habana que reconocen sus esfuerzos, pero que tienen la responsabilidad histórica de no dilapidar esta oportunidad para dar fin por vía dialogada a la larga y costosa confrontación armada, que no deben suspender ni terminar el proceso de paz sin lograr el anhelado acuerdo final de paz, que para un mayor alcance del proceso de paz deben iniciar negociaciones de paz con el ELN, y que deben avanzar en acuerdos y hechos de paz.
A su vez, han dicho a la sociedad civil en general que tiene la responsabilidad histórica de rodear las negociaciones de paz, exigir a las partes que no se levanten de la mesa y trabajar en las condiciones para la verificación e implementación del acuerdo de paz, y la tarea de construcción de paz que iniciará luego de la firma de dicho acuerdo. Proponen una amplia expresión social mediante la adopción de consensos y acuerdos sociales y políticos, locales, regionales, interceptoriales y multisectoriales que conduzcan a un gran pacto nacional sobre temas fundamentales que posibiliten una transición hacia "una democracia autentica, justa y equitativa", tal como lo expresa la convocatoria al pacto. Proponen una política pública de paz, y que el debate no se centre en forma polarizante, entre negociaciones de paz y guerra; sino que aborde contenidos sustanciales de la paz, como profundización de la democracia, vida digna, caminos para la reconciliación, y modelo de desarrollo equitativo e incluyente.
Quiero cerrar este artículo con el lema del II foro internacional, Horizontes para la paz y la reconciliación en Arauca: Colombia sueña, cree, busca, anhela, construye, trabaja y vive la paz.
NOTAS:
1. En la foto del medio a la derecha, niños y niñas cantan en el acto público que siguio a la caminata por la paz en Arauca. Sobre los niños la pancarta con el lema del foro, ya mencionado.
2. Junto a la foto anterior, la invitación al lanzamiento del pacto nacional por la paz.
3. La imagen descendente que sigue recoge el logo de la iniciativa de pacto etico de las mujeres del colectivo mencionado.
4. Una foto de la Audiencia por la paz. En ella figura el Representante Iván Cepeda de la Comisión de Paz del Congreso, Jenny Neme de Justapaz, Donaldo Quiroga de la Asociación de Trabajadores Campesinos del Carare -ATCC-, experiencia Nobel Alternativo de Paz, Luis Eduardo Celis de la Corporación Nuevo Arcoiris y quien escribe este artículo.
2 comentarios:
Qué interesante este blog! Gracias por alimentar la posibilidad de pensar y hacer las paces cotidianas e imperfectas. Puedo incluir tu blog como enlace en un portal de mujeres cooperativistas?
Norma Lucia, muchas gracias por tu comentario tan estimulante. Claro que puedes publicarlo
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