Fue corto el tiempo de celebación por el reconocimiento de la Casa de las Américas a la ACIN, dado que el escalamiento del conflicto interno armado se hizo sentir en Caldono, Jambaló, Cajibio y Mondomo. De la alegria a la tristeza, de la normal cotidianidad a la zozobra, de la armoní a a la guerra, y de la confrontaciòn entre actores armados a la resistencia comunitaria noviolenta.
Como lo he manifestado en distintos documentos y en artículos de este blog, Jambaló es un territorio indìgena y al mismo tiempo un municipio de Colombia, donde aproximadamente 15.000 personas, 97% indígenas, han dinamizado el movimiento indígena que surgió con el CRIC en 1971 y el plan de vida que ellos mismos generaron en 1987. Es tierra de montañas, de ejercicio de resistencia indígena, de sueños comunitarios y realizaciones perfectibles de los mismos, de luchas por la protecciòn de aspectos vitales e invaluables: la vida en su comprensión más amplia, la cultura, el territorio, la autonomìa, y la integridad de la comunidad entre otros. Es un territorio donde se asientan pueblos indígenas alegres, laboriosos, persistentes, y disciplinados; en él los niños y las niñas, como los que se observan en la foto superior, alegran la cotidianidad y van a la escuela; y una comunidad organizada se moviliza desde las potencialidades de su cultura y sus recursos propios para construir su presente y su futuro, y responder a los desafíos que le imponen las violencias, las de la pobreza y la exclusiòn, y la del conflicto armado (2).
Nos preparábamos para dar comienzo a la sexta jornada presencial de la Escuela de Formación Integral, proyecto apoyado por la Delegación de la Unión Europea, cuando el conflicto en mención volvió a colocar a la comunidad en el medio de la confrontación, entre una insurgencia que lanzaba artefactos explosivos y un Ejército que desde el casco urbano respondía con ráfagas de fusil. Del hostigamiento se paso al combate, 4 horas en la madrugada y otras 4 en la tarde del sabado 20 de febrero, luego se registro el ataque a la torre de Comcel y la incomunicación de la poblaciòn civil, nuevas confrontaciones el miércoles 24 y sobrevuelos de aviones de la Fuerza Pública. Las consecuencias inmediatas: daños en 7 casas, el desplazamiento de la población a los sitios de concentración previstos en "el plan de emergencia" que los indígenas habían elaborado desde finales de la década de los noventa del siglo XX, en el marco de su ejercicio de autonomía o resistencia pacífica, como los denominamos desde la mirada externa; la comunidad expuesta a los artefactos explosivos que quedaron en los potreros y caminos; una población con traumas psicológicos; la suspensión de todas las actividades en el Resguardo y Municipio; y la necesidad extrema de abastecer los sitios de concentración para cubrir en ellos las necesidades esenciales de la población concentrada en ellos (3).
Destaco de manera muy especial la respuesta de los indígenas de Jambaló a la crisis humanitaria generada por la expresión del conflicto armado, que se caracterizó por: unidad entre las autoridades del Cabildo y las de la Alcaldía municipal, socialización con las comunidades en el casco urbano y las veredas de la situación registrada, conformación de comisiones permanentes para: el ajuste del "Plan de Emergencia" y la elaboración del "Plan de Contingencia", el acompañamiento a la población desplazada, la verificación de las dinámicas del conflicto armado y los daños causados, la elaboración de documentos oficiales de las autoridades indígenas, y la articulación con las comisiones correspondientes del CRIC y la ACIN (4).
Los pueblos indígenas del Cauca tejen en forma cotidiana la vida y la armonía, desde su unidad, su organización, sus planes de vida y su ejercicio de resistencia pacífica. Lo hacen en forma ejemplarizante, en medio de las violencias y a pesar de las mismas. En forma reiterada han caminado la palabra para proponer otra Colombia, que ellos consideran posible, mas justa y mas humana, y la solución negociada del conflicto interno armado.
Creyendo en las infinitas posibilidades de la construcción de la paz, que desde un ejercicio muy especial de creatividad "hace posible lo imposible", como lo han evidenciado las iniciativas civiles de paz de base social de este país, confiamos en poder avanzar en la humanización del conflicto armado, excluyendo a la población civil, en este caso a los pueblos indígenas del Cauca de las hostilidades del mismo, en respeto de su condición de pueblos, sus culturas y su autonomía.
Notas
1. En las fotos superiores: niños y niñas indígenas en la Escuela de Jambaló; y la chiva con los indígenas de Jambaló que se transladan a Pisno.
2. Información recogida de investigaciones realizadas por quien escribe este artículo y de su observación directa.
3. Fotos intermedias: una casa afectada por la confrontación y la torre de comcel luego del atentado.
4. Información recogida de la observación directa de quien escribe este artículo y el comunicado elaborado por el Cabildo Indígena de Jambaló.
5. Fotos inferiores: Camilo Ulcue, gobernador del Cabildo, y Flor Ilva Trochez, coordinadora del Proyecto Global de Jambaló, en socialización de la situación con la comunidad del casco urbano; y Eliceo, Berta, quien escribe este artículo y otros integrantes de la comisión política.
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