miércoles, 29 de octubre de 2008

Minga de Resistencia Indígena y Popular Expresión de Dignidad (I)

La minga de resistencia indígena y popular que del 21 al 26 de octubre movilizó 40.000 personas desde el territorio indígena de la Maria en Piendamó hasta Calí, evidencio un sin fin de cosas, pero principalmente la dignidad de los pueblos indígenas y los sectores sociales que la generaron y dinamizaron.
La dignidad se expreso de mil maneras: desde el caminar descalzo sobre el asfalto de las mayoras que se registran en la foto superior de este artículo, quienes avanzaban con paso firme, silenciosas y erguidas, evidenciando la resistencia histórica de los pueblos indígenas; en las consignas que repetían: "somos hijos de la luna, no somos terroristas; somos pueblos indígenas y afrodescendientes, no somos terroristas; somos trabajadores de la tierra, no somos terroristas"; en la alegría de los jóvenes que tocaban sus tambores y danzaban a lo largo de la movilización, tal como se observa en la foto inferior de este artículo; en la organización y disciplina de las autoridades indígenas, sus comuneros y su guardia indígena; y en el temple y la inteligencia de la Consejera Mayor del CRIC, Ayda Quilcue, quien en forma expresa manifestó: "Si muchos colombianos han perdido su dignidad, los indígenas no la hemos perdido y por eso nos movilizamos y damos ejemplo".
A los pueblos indígenas y los sectores sociales del Cauca se unieron los pueblos indígenas Pasto y Awa del Nariño, los del Putumayo, los del Huila, los del Tolima, los Wva de Boyacá, los Wayú de la Guajira, los Embera del Chocó, y la OIA de Antioquia, entre otros. En igual forma, otras experiencias de resistencia civil, como la de la Organización Femenina Popular -OFP-. También los camioneros, los corteros de caña, los docentes y los trabajadores de la CUT. La movilización hizo tránsito de lo departamental a lo nacional y dejo de ser meramente indígena para recoger también las demandas de los otros sectores sociales.

Se movilizaron recogiendo los 5 ejes temáticos de la movilización del 2004: el rechazo al TLC por considerarlo una amenaza a sus culturas, territorios y soberanía y por someternos al afán de la acumulación; la demanda de hacer cesar el terror y la guerra, por considerar que la guerra no es el camino, expresando su inconformidad con la política de seguridad democrática, el plan Colombia, la parapolítica, la militarización de la sociedad, y la criminalización de la protesta; la demanda al gobierno para que suscriba la Declaración de Naciones Unidas sobre los Derechos Especiales de los Pueblos Indígenas; la solicitud de derogación de las leyes del despojo, reconocidas en las reformas constitucionales y legales que privan a los pueblos de sus derechos y libertades, como la ley de aguas y el código de minas, entre otros; y la solicitud de garantías para su soberanía, paz y convivencia.
En esta minga de resistencia civil se evidencio una vez mas el poder de convocatoria de los pueblos indígenas del Cauca, los importantes avances de las relaciones interétnicas que los pueblos han construido, la significativa solidaridad internacional con los pueblos indígenas de Colombia, materializada en el pronunciamiento de los 32 diputados de la Unión Europea, el del nobel de paz Adolfo Pérez Esquivel, el del juez Baltazar Garzón, y los cientos de mensajes que recibieron de organizaciones de distintos lugares del mundo; y los alcances de la resistencia civil indígena y popular, que vuelve a enseñar que es posible construir unidad, caminar la palabra, ejercer la dignidad y dar ejemplo desde mecanismos pacíficos.
Nota:
1. Las fotos publicadas fueron tomadas durante la minga de resistencia indígena y popular.
2. La información y las afirmaciones textuales fueron tomadas de los comunicados del CRIC y de la ACIN, de las intervenciones de las autoridades, y la observación directa durante mi acompañamiento a la marcha.

domingo, 12 de octubre de 2008

Ejercicio de Resistencia Civil de los Sectores Populares del Cauca



Son históricas, diversas y sentidas las causas que han movilizado el ejercicio de resistencia civil de los pueblos indígenas y afrocolombianos, las comunidades campesinas, y los procesos de mujeres, jóvenes, trabajadores y víctimas en Colombia. Ellas han estado asociadas a violencias estructurales como la pobreza, la miseria, la exclusión, la exploración y la represión, y a violencias directas como el conflicto armado.
La resistencia civil ha sido identificada por sus protagonistas como "opción por la vida y la dignidad", "fuerza vital", "ejercicio de autonomía o autodeterminación", "terquedad que se ha convertido en la regla básica para poder salvarse", "civilidad que se opone a la barbarie de la guerra y a los autoritarismos de derechas y de izquierdas", y principalmente como proceso de cambio por "un nuevo país y un mundo posible y deseable".
Desde una mirada externa, algunos investigadores para la paz hemos encontrado en este ejercicio de resistencia civil un poder colectivo pacífico y trasformador, que ha evidenciado que en Colombia es posible construir paz oponiendose a la injusticia y transformando realidades adversas impuestas por las distintas violencias, desde los valores que se albergan en las cosmovisiones de los pueblos, la extraordinaria capacidad de resistencia de estos y las comunidades y los distintos sectores poblacionales, y el poder dinamizador de la solidaridad y los sueños.
Sin lugar a dudas, este ejercicio de resistencia civil es un mecanismo de construcción de paz y fortalecimiento de la democracia. En el primer caso, por representar acciones colectivas que se movilizan en búsqueda de justicia, por la protección de los pueblos, sus culturas, sus territorios y su autonomía, en exigibilidad de los estatutos de protección de los Derechos Humanos y el Derechos Internacional Humanitario, en defensa de la vida y no sólo de los seres humanos sino de la naturaleza y todos sus recursos, y como mecanismos de autoprotección frente al conflicto armado. En el segundo caso, por que representan una opción pacífica de movilización y expresión de inconformidad y denuncia, por que visibilizan las necesidades vitales de importantes sectores de la comunidad, por que indican los requerimientos de la multi e interculturalidad, por que muestran las equivocaciones de los gobiernos y de algunas de sus políticas públicas, por que dan la oportunidad a estos de revisar, corregir y responder en forma mas adecuada y eficaz a los desafios del presente.
En el marco de lo que representa el 12 de octubre, los indígenas, afrocolombianos, campesinos y distintos sectores populares del departamento del Cauca han decidido marchar pacíficamente para expresar su inconformidad con el modelo neoliberal y sus prácticas en Colombia, para demandar su protección frente a las mismas, para denunciar y rechazar la violencia que se ejerce contra su ejercicio de resistencia civil y que ha segado en las últimas semanas la vida de importantes líderes, para manifestar su inconformidad con politicas del actual gobierno e invitar al presidente de la república al díalogo 2.
Este ejercicio de resistencia civil debe ser comprendido en la integridad de lo que representa, como una oportunidad para avanzar en la construcción de la paz y un mecanismo para fortalecer la democracia, y por el contrario no debe percibirse como amenaza, desde la estigmatización, y menos aún responder al mismo con la fuerza, por que es necesario recordar las lecciones de la historia y los requerimientos de la paz, posibilitanto expresiones colectivas pacíficas y mecanismos de diálogo que logren resolver las diferencias.
NOTA:
1. Simbolo de la experiencia de territorio de paz, convivencia y diálogo de la Maria en el Cauca.
2. Tomado de los comunicados de los comunicados publicados por el Consejo Regional Indígena del Cauca -CRIC-y la ACIN.