jueves, 28 de febrero de 2008

La Celebración del CRIC de sus Treinta y Siete Años de Existencia






La celebración del Consejo Regional Indígena del Cauca -CRIC- de sus treinta y siete años de existencia, fue como todo lo indígena: multitudinario y lleno de significados. Popayán fue el lugar de encuentro, que como lo expresa Jorge Caballero F., asesor del CRIC: "ciudad que esconde en su blancura la tragedia de la discriminación y la nostalgia de la invasión". Cuatro mil indígenas de los diferentes pueblos, zonas y resguardos del cauca se dieron cita en el puente de la Arcada, conocido como el "puente del humilladero", denominado así por representar durante la colonia un símbolo de discriminación al indígena, dado que a esta población le estaba vedado transitar por él, por su condición étnica, lo que los obligaba a pasar por debajo, llevando muchas veces a cuesta pesadas cargas y expuestos al devenir de las aguas del río.

En la autidiencia realizada se expresó: "quisimos en el centro de Popayán recordar nuestra existencia milenaria, rendirle homenaje a los mas de 500 compañeros caidos en la lucha por la tierra, la vida, el territorio y la autonomía, y recordarle al gobierno colombiano que los indígenas seguiremos reclamando del Estado nacional el cumplimiento de los compromisos adquiridos por el Estado con los pueblos, autoridades tradicionales y Cric, desde hace mas de 25 años".

En la jornada de celebración, que se extendió de 10 de la mañana a 4 de la tarde, las autoridades dieron testimonio de sus dificultades, pero a su vez, de su disposición para continuar soñando, caminar la palabra y movilizarse para la acción.

La Consejera Mayor, Aida Quilcue, en su intervención recogio la "voz de los siglos", para recordar el proceso de resistencia indígena desde La Gaitana y Quintín Lame hasta la actualidad, y traer a la memoria los altos costos que los pueblos indígenas han asumido en su lucha por su supervivencia, su organización indígena, su reconocimiento como pueblos, el ejercicio de su autonomía, la recuperación de sus territorios ancestrales, la protección de sus culturas, y la materialización de sus derechos sociales, económicos y culturales. En ejercicio de memoria histórica recordó los líderes y comuneros victimas de la violencia institucional, el conflicto armado, y la violencia estructural de la discriminación, la miseria y la pobreza, y destacó que "estos tiempos de guerra entre el gobierno nacional y la insurgencia, muestran que el objetivo es la población civil".

La intervención de la consejera concluyo manifestando: "la experiencia vivida por el Consejo Regional Indígena del Cauca en estos 37 años de vida organizada nos muestra que el poder existente de forma obstinada viola los derechos fundamentales e incumple sus compromisos constitucionales, proteje al gran capital y privilegia la fuerza sobre el diálogo y las ideas; igualmente nos permite considerar que la continuidad del conflicto armado dificulta el fortalecimiento de las autonomías locales, favorece intereses ajenos a las grades mayorías, fomenta el militarismo y facilita los Estados autoritarios; pero en especial nos demuestra que sólo la movilización organizada de los diferentes sectores sociales del país logrará avances en defensa de los derechos sociales, políticos y culturales (...) ".

La audiencia indígena finalizó con la convocatoria al fortalecimiento de las iniciativas sociales, el acuerdo humanitario YA, el cumplimiento por parte del Estado colombiano de los compromisos adquiridos con los pueblos y comunidades, la continuidad del tejido de iniciativas sociales y populares, detener el proceso de contrarreforma constitucional, y lograr mayores niveles de autonomía sectorial y de respeto a la movilización social.

Al cierre marcharon pacíficamente por el centro de Popayán, como se registra en una de las fotos, recordando su capacidad organizativa, los valores de sus culturas, la fuerza transformadora de su resistencia pacífica, y su compromiso con la vida, la armonía, la lucha contra la impunidad, la autonomía, el territorio y la libre autodeterminación de los pueblos.

Nota: este artículo se soporta en las fuentes de información que se registran a continuación:

  • Consejo Regional Indígena del Cauca - CRIC, "audiencia pública", Popayán, febrero 27 de 2008.
  • Las fotos fueron tomadas por Daisuke Shivata, archivo del CRIC

lunes, 25 de febrero de 2008

CRIC-: treinta y siete años aportando a la construcción de la paz en Colombia



El Consejo Regional Indígena del Cauca -CRIC- celebra por estos días sus treinta y siete años de existencia. Este acontecimiento, que representa por si solo un importante logro de esta experiencia indígena, nos conduce principalmente a reflexionar sobre los significados de su proceso, y principalmente frente a su aporte a la construcción de la paz de Colombia.
El CRIC ha sido considerado de diversas maneras: como movimiento indígena, iniciativa civil de paz de base social, experiencia regional indígena de resistencia histórica y resistencia civil, y una revolución pacífica, como lo señala el líder Marcos Yule, quien al respecto manifestó: "(...) nosotros mismos hemos generado cambios de hace veinte o treinta años, y aqui lo vemos en la práctica. La diferencia es que no es a la fuerza, no es por la vía de las armas, ahí si diferimos mucho, ahí hacemos un cambio en forma razonada e inteligente, aprovechando los valores que tenemos (...) a nosotros nos intereza es la gente, que diga, que opine, que cambie, contribuya al camino y que tenga fuerza para vivir bien, vivir en armonía, en equilibrio en la relación hombre con la naturaleza (...)".

El CRIC ha sido esencialmente un escenario de construcción de paz de base social o de abajo hacia arriba. Su proceso se ha nutrido desde sus orígenes con el legado de líderes históricos como Juan Tama y Manuel Quitín Lame, entre otros, la resistencia histórica de los pueblos indígenas del Cauca, los valores de las culturas de los mismos y su capacidad para asumir y transformar la realidad.

El proceso del CRIC ha generado el movimiento indígena en Colombia, ha evidenciado que es posible la unidad en la diversidad, y ha visibilizado la potencialidad de los pueblos indígenas en la construcción de la paz, con propuestas propias y un ejercicio de autonomía, mediante las cuales han respondido a tradicionales violencias estructurales como la pobreza, la miseria y la exclusión, que desde la "invasión española" han sido impuestas a los indígenas, y a violencias directas como el conflicto armado, que siendo generado desde afuera, les ha ocasionado un impacto múltiple y de gran alcance que ha puesto en riesgo su supervivencia y ha amenazado su cultura, autonomía y territorio. También ha propuesto formas alternativas de vida y de relación, mas humanas y esperanzadoras, en las que las culturas de los pueblos puedan expresarse en la plenitud de lo que son y aportar a este país desde la riqueza de su diversidad, y ha advertido sobre el riesgo que imponen modelos económicos como la globalización, que a su juicio "ha convertido en mercado la vida misma".

El CRIC ha evidenciado los alcances del poder comunitario, los procesos organizativos, el ejercicio de resistencia noviolenta, y la coherencia y permanencia de una propuesta indígena para los indígenas, los sectores sociales y para Colombia, que denuncia con firmeza cuando tiene que denunciar, que se moviliza sin recurso a la violencia, pero que siempre esta dispuesta al diálogo y a los acuerdos siguiendo su principio rector de la armonía y el equilibrio.

La paz que el proceso del CRIC ha construido, propuesto y soñado no puede considerarse como una paz completa o acabada, sino una paz perfectible, que significa mucho mas que ausencia de guerra, que se construye en el día a día, a partir de los valores de las culturas indígenas, sus capacidades y necesidades, desde mediaciones permanentes entre conflictividades y opciones pacifistas, que se reconoce en la forma noviolenta como gestionan, regulan y resuelven los conflictos, en sus significativos logros en términos de recuperación, protección y fortalecimiento de sus culturas, territorio y ejercicio de autonomía, y en sus relaciones interétnicas.

Antes del surgimiento del CRIC los pueblos indígenas del Cauca soportaban el peso de un pasado de discriminación, exclusión e injusta negación de sus culturas y alternativas de futuro. Con la emergencia de este proceso regional, los indígenas ha podido potenciar los valores y capacidades propios de sus culturas, han aportado a la comprensión de la multiculturalidad y de sus requerimientos, han movilizado sus propositivas y humanizantes propuestas, han evidenciado su protagonismo en la construcción de la paz, y se han convertido en un referente muy importante para otras iniciativas civiles de paz y para distintos sectores sociales, que encuentran esperanza en sus propuestas y formas de vida.

NOTA: este artículo se soporta eh las fuentes de información que se relacionan a continuación:

  • www. nasaacin. org.
  • Hernandez Delgado E. (2004), Resistencia civil artesana de paz. Experiencias indígenas, afrodescendientes y campesinas, Bogotá, Editorial de la Universidad Javeriana.
  • La foto fue tomada de la web reseñada, y representa el momento en que lo alguaciles del Cabildo de Jambaló asumen el poder representado en sus bastones de mando.